Laura Abal, de 55 años, ha recorrido un camino marcado por el amor, la familia, el derecho y la pasión por la escritura. Casada desde muy joven, construyó su vida junto a su esposo y crió a sus cuatro hijos, pero tras más de 30 años de matrimonio, la viudez la llevó a redefinir su tiempo y sus intereses.
Desde niña encontró refugio en los libros, descubriendo en la lectura una puerta a otros mundos que le permitían expandir su imaginación. Hace más de 25 años, decidió dar un paso más y se animó a participar en un taller de creación literaria en Pergamino, guiado por Estela Torres Erill. Allí descubrió que la creatividad no era un don exclusivo de unos pocos, sino una capacidad latente en todos, incluso en ella, que solía considerarse demasiado estructurada.
Abogada de profesión, Laura ha sabido equilibrar el rigor de su trabajo con la libertad de la escritura. No solo ha utilizado la palabra como una herramienta en su ejercicio profesional, sino también como un medio de expresión personal. Para ella, escribir es más que un pasatiempo; es una forma de filosofía, de imaginar otras realidades y de desafiar los límites de lo establecido. Aunque ha compartido algunos de sus escritos en redes y blogs, su enfoque siempre ha sido más el disfrute del proceso que la búsqueda de reconocimiento o publicación formal.
Los últimos años han sido un período de transformación. La pérdida de su esposo la llevó a repensar su vida y a ocupar los espacios vacíos con nuevas inquietudes. Su interés por las neurociencias y la atención plena la llevó a estudiar la importancia de dónde dirigimos nuestra atención y cómo esto impacta nuestra calidad de vida.

Copa de Letras: Un espacio para la creatividad compartida
A partir de esta búsqueda personal, Laura dio forma a un nuevo proyecto: Copa de Letras, un taller que, aunque se apoya en la escritura, no pretende centrarse en la producción literaria en sí misma, sino en el proceso creativo. “Es el taller al que me gustaría asistir en este momento”, dice Laura. Su propuesta se enfoca en la experiencia de escribir, en la exploración de ideas sin la presión del resultado final.
“Desde siempre sentí el deseo de compartir con otros la sensación de libertad y propiedad que surge al plasmar pensamientos en palabras”. Durante la crianza de sus hijos, tuvo la oportunidad de transmitirlo en charlas con sus compañeros de escuela, y ahora, en esta nueva etapa de su vida, decidió expandir esa experiencia a un espacio para adultos. Copa de Letras nace con la idea de generar un entorno relajado y lúdico donde la creatividad fluya sin ataduras.
El encuentro se desarrolla en Dry Bar (11 de septiembre 544), un bar que, por su dimensión y su trayectoria vinculada a la cultura, resultó el lugar ideal para dar vida a esta propuesta. Allí, cada miércoles a partir de las 19:30, los participantes se reunirán para escribir, compartir y, al mismo tiempo, disfrutar de una copa y una conversación enriquecedora. La dinámica del taller integra conceptos de neurociencia relacionados con la creatividad, como la importancia de la relajación, la sonrisa y la generación de nuevas conexiones neuronales.
“Quiero que cada persona que venga se lleve más que un texto; que descubra nuevas maneras de expresarse y de pensar. Que salga con ganas de volver”, explica Laura. La intención es que Copa de Letras sea un punto de encuentro para quienes buscan explorar su creatividad en un ambiente ameno, donde la escritura sea el vehículo para descubrir nuevas perspectivas y abrirse a nuevas experiencias.
Así, con la combinación de su amor por la palabra, su formación en derecho y su interés por la neurociencia, Laura Abal construye un espacio donde la creatividad se disfruta sin exigencias, donde la imaginación encuentra su cauce y donde cada encuentro se convierte en una invitación a ver el mundo con otros ojos.