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“Mi Señor me espera”: la vida espiritual como devoto hare krishna de Juan Pablo Roldán, el policía de la Federal asesinado en Palermo

El Bhagavad Gita, uno de los principales textos espirituales de Oriente, la conversación entre Krishna, entendido como la Suprema Personalidad de Dios y el guerrero Arjuna al borde del comienzo de una batalla y el texto que es el centro del culto Hare Krishna, establece que el devoto regresará a Dios si lo recuerda al momento de su muerte.

Quizás el inspector Juan Pablo Roldán pensaba en ese precepto poco antes de perder la vida en el sanatorio Mater Dei este lunes, luego de que Rodrigo Roza lo apuñalara cuatro veces mientras Roldán intentaba detenerlo. Lo había seguido luego de que Roza llegara al portón del Cuerpo de Policía Montada en la calle Cavia donde Roldán comenzaba su guardia como oficial de servicio, puñal en mano, gritando: “A ver quién quiere morir ahora”.

Así, Roldán murió. Quienes lo conocieron durante años y compartieron su fe aseguran que dijo una frase antes de morir: “Cumplí mi deber. Mi Señor me espera”.

Ese Señor es Krishna mismo. Juan Pablo Roldán era su devoto.

El inspector de la Policía Federal seguía hace varios la religión hare krishna, un miembro activo de la comunidad que gira en torno al templo de Colegiales en la calle Ciudad de La Paz, la filial porteña de ISKCON, la International Society for Krishna Consciousness, presente en la Argentina desde comienzos de los años 80.

En un comunicado a través de sus redes sociales tras su asesinato, ISKCON Buenos Aires aseguró: “Como todos ya deben estar al tanto, debido a la gran repercusión mediática, Bhakta Juan Pablo Roldán, un miembro de nuestra comunidad, ha partido de este mundo cumpliendo con valentía su deber. Era parte del Cuerpo de Policía Montada en donde se desempeñaba como inspector. Ayer, en una circunstancia ingrata, durante un enfrentamiento con un malviviente, entregó su vida al proteger a los demás. Por eso hoy deseamos homenajear su valentía y agradecer la compañía que nos brindó estos años”.

Roldán todavía no era un iniciado, no había atravesado el rito formal en donde el maestro espiritual recibe el juramento de su discípulo y le entrega un nuevo nombre con el título de “dasa”, lo que en India se entiende como sirviente, un sirviente de Dios, pero ciertamente era un entusiasta.

Junto a su mujer, Carolina y a su hijo de cuatro años, el inspector asesinado participaba de las actividades comunitarias del culto y en los cantos congregacionales, en las pequeñas procesiones que los hare krishna realizan por la ciudad con tambores y platillos de mano y en su principal festival público, el Ratha Yatra, el desfile de una carroza que carga la deidad de Jagganatha, una de las formas de Krishna. Vestía la ropa tradicional, la kurta y el dhoti, la camisa y la falda masculina propias de India con las que se suelen vestir los devotos. Marcaba su frente con tilak, la marca de tierra sagrada de la India. Colaboraba con la organización, realizaba donaciones. Llevaba siempre su japa, un rosario de 108 cuentas donde los devotos cantan el mantra que es el pilar de su movimiento, “hare krishna, hare krishna, krishna krishna, hare hare, hare rama, hare rama, rama rama, hare hare”.

También, realizaba un servicio clave. Roldán era vegetariano, como todos los devotos hare krishna, un principio básico de la religión. En sus tradicionales festivales de domingo, los hare krishna distribuyen comida vegetariana consagrada a Dios de forma gratuita: Juan Pablo se encargaba de ir a buscar los vegetales al Mercado Central en su camioneta.

“Era un santo”, dice un miembro histórico del movimiento religioso en Argentina. “Realmente era muy feliz con los devotos. Todos los que algún día nos cruzamos con él sabemos que era un persona muy agradable y fiel a sus valores. Hoy el país entero está de duelo ya que se fue una gran persona, un gran devoto», continúa el comunicado oficial de ISKCON.

Poco antes del mediodía de hoy, tras la muerte de su asesino por complicaciones tras los disparos que recibió de Roldán en el hospital Fernández, la cúpula de Policía Federal despedirá a Roldán en el cementerio de Chacarita con una ceremonia acorde a un caído en cumplimiento del deber. Místico, su caballo, estará presente.

Hoy por la tarde, a través de un servicio de streaming con su templo cerrado al público por la pandemia, los devotos porteños del movimiento se congregarán de forma online en un canto para recordarlo.

Mientras tanto, la causa para investigar su muerte continúa a cargo de la jueza Alejandra Provitola, que busca indagar en la salud mental del asesino muerto. Esta mañana, Provitola ordenó allanamientos en consultorios externos de psiquiatría de un centro médico.